miércoles, 19 de noviembre de 2014

Paz interior

Este cuento se lee a media voz, a media luz, 
al final de una buena fiesta, cuando ya sólo estás 
tú y esa persona en la que tanto confias.

Un poco como los cuentos de Heminway, 
cuando los hechos se cuentan sin más, 
sólo como son.

Esta sensación que tengo,
estas ganas de compartir contigo 
se parece mucho a las tantas horas 
 que compartíamos al teléfono:

A media luz, mirando a lo lejos, 
y sabiéndote al lado de mi corazón.