sábado, 24 de mayo de 2014

IAS

El auto recorre lentamente los campos que separan este oasis del resto de la ciudad. El tiempo es fresco y observo los alrededores con una mirada relajada. El viaje está cerrado. 

Sin embargo, mi cuerpo tiene la sensación de estar olvidando algo. Una ligera aprensión ante la certidumbre de que se queda algo aquí.
Sé que volveré a buscarlo en este sitio, sin poderlo encontrar.







1 comentario:

Paco Eslava dijo...

Eso pasa con los puentes... a veces al cruzarlos cambiamos sin poder evitarlo. Abrazos Tpks