viernes, 22 de agosto de 2008

Kleine Fabel

»Ach«, sagte die Maus, »,die Welt wird enger mit jedem Tag. Zuerst war sie so breit, daß ich Angst hatte, ich lief weiter und war glücklich, daß ich endlich rechts und links in der Ferne Mauern sah, aber diese langen Mauern eilen so schnell aufeinander zu, daß ich schon im letzten Zimmer bin, und dort im Winkel steht die Falle, in die ich laufe.« - »Du mußt nur die Laufrichtung ändern«, sagte die Katze und fraß sie.

Franz Kafka

martes, 12 de agosto de 2008

Perseidas o sobre una noche de insomio




Sea porque terminé mi día muy temprano o porque tenía que tomar una decisión importante, daba vueltas y vueltas en mi cama escuchando mis pensamientos: 2:48 am

Quince minutos después estoy dejando que el frío de la noche tranquilice mi espíritu. El frío y no el silencio, en esta ciudad pocas veces se encuentra el silencio, los carros van y vienen aún en la madrugada y parece que he de dormir al arrullo de sus motores, aún a las 3 de la mañana.

Esperaba, sin muchas esperanzas, que el cielo me dejara ver la lluvia de estrellas este año, pero ya había llovido por la noche y aún el cielo estaba cuajado de nubes grises. He de esperar otro año, como el año pasado, y conformarme con el dulce recuerdo que tengo de un día de suerte de mi niñez.

Qué tranquila la noche urbana. Casi oscura, casi callada. He de conformarme con eso, e incluso me gusta, al final yo también soy de ciudad.

No fue una noche pérdida. Al otro lado, las montañas estaban finamente cubiertas con diamantina amarilla y blanquiazul. También titilaban, auténticas estrellas en el horizonte.

Es que esta ciudad nunca duerme?

martes, 5 de agosto de 2008

Montaigne o sobre mi placer de escribir

Lector, éste es un libro sincero, y te previene ya desde el comienzo que no le he dado una finalidad que no sea particular y privada... Lo he pensado para el uso personal de mis amigos y conocidos, para que, cuando me hayan perdido, encuentren en él algunos rastros de mis sentimientos y de mi forma de vida... Por tanto, lo que muestro es a mi mismo. Mis defectos y mi manera de ser se encontrará aquí imparcialmente expuestos, en la medida en que el decoro público lo permita... Lector: el único contenido de este libro soy yo mismo, y no es justo que emplees tu ocio en tan vano e insignificante objeto. Queda con Dios.

Montaigne,
primero de marzo de 1580

Y lo mismo quisiera decir a ustedes.
Kelian

sábado, 2 de agosto de 2008

III, silencio

Después de un tiempo llegó el momento de volver a mi tierra.

La damita me acompañó a las afueras del lugar, ahí donde se volvía a escuchar el rumor de los pájaros y el viento. Nada dijo. Una lágrima cayó de su rostro y se cristalizó en un pequeño par de alas, aún las conservo.

Tampoco le dije adiós, sino con la mirada.

Nunca fue más dulce el silencio.