sábado, 22 de marzo de 2008

De la vista nace el amor



Para saber de serafina, la jirafa; el ángel caído de Madrid, por qué la publicidad engorda, donde puedes pedir el muñeco de trapo de tus sueños y encontrar las mil y un caras de la vida...

El blog a seguir:
http://www.cuartoderecha.com/

martes, 18 de marzo de 2008

Mein name ist Hase

Wenn man von einer Sache nichts weiß, oder nichts sagen möchte, sagt man auf Deutsch: Mein Name ist Hase. Dieses Sprichwort hat nichts mit dem Hasen zu tun, sondern es kommt von einem Studenten, der Viktor Hase hieß. Vor mehr als 100 Jahren hatte dieser Student einem Flüchtling seinen Pass gegeben. Die Polizei brachte ihn ins Gefängnis. Es gab einen Prozess. Der Student antwortete auf alle Fragen nur: Mein Name ist Hase, ich kann dazu nichts sagen, ich weiß von nichts!

Frohe Ostern

domingo, 16 de marzo de 2008

Place des Voges

Futuro era el de antes, el del tiempo de mis quince años. Todas las noches me gasto las suelas de los zapatos caminando hasta la plaza Matriz, y me siento a esperar el futuro. Vení, comprá maníes con chocolate y sentate. Las mujeres que fuman ya me conocen. Yo no, todavía no me conozco. Y tampoco miro a nadie, ni a nada. Como maníes con chocolate. ¿Espera a alguien? Sí, al futuro. Respiro hondo, sentado del lado de la Catedral, de espaldas a la calle Sarandí. Todas las noches, soy asiduo y puntual. Sé que cuando el futuro aparezca, vendrá volando por atrás del Cabildo. Una ráfaga, y yo lo atraparé en mis pulmones y me llevará leve como en un globo, lejos de la plaza. La noche está fresca, llovió de tarde. ¿Y hoy, llegó? No, debe estar atrasado, viene de muy antes. Los maníes con chocolate me pesan como una piedra. Y me miro los zapatos, desamparados.

Alfredo Fressia,
uruguayo

viernes, 7 de marzo de 2008

Una tarde de verano

Caía la lluvia.
Había comenzado tan de repente que ni tiempo tuvieron de refugiarse, o acaso fuera que ambas quedaron cautivadas por el misterio de la otra.

No era una perra común.
Y sin embargo su tamaño era normal, la mirada no era particularmente fuerte o alegre. Era su pelaje tan como de errante, café con pintas grises, tan seria o sabia. Ya había visto esas orejillas antes, alertas, pequeñas y puntiagudas, en alguna escultura de una fuente, en alguna imagen.

El agua caía a cántaros,
no hubo forma de no empaparse.

El animal también se sentía consternado,
la chica se había detenido al momento de verla. La poca genta que pasa no se detiene por su causa, es más bien un ser invisible, común. Pero la joven había dejado su carrera para observarla, medirla, recordarla.

No hacía viento,
o al menos ninguna de las dos notó el escalofrío del contacto de la piel mojada con el viento fresco

Sonó un claxón
y la chica corrió al refugio del auto amigo que la esperaba. Hubiera querido llevar a la criatura con ella para que le contara como se ve el mundo con esos ojos, dentro de esa piel. Pero no podría cargarla en el regazo pues era salvaje, con su pelaje gris y sus orejas puntiagudas.

Las orejas se quedaron inmóviles
y alertas, mientras el carro se alejaba de aquel estacionamiento junto al bosque.

Casualidad

Me dí cuenta que hoy(en pocas horas) es el día de la mujer, y no puedo evitar dar mi opinión:

Ser mujer para mí, fue un accidente, algo que sólo sucedió y que seguramente determinó mi carácter, pero no considero que esta condición sea fundamental. Antes que mujer soy ser humano; soy hijo, estudiante, amigo y amante.

A veces me pregunto si esto también es un error, la cara opuesta al machismo y feminismo. Y sin embargo carezco de género en la percepción propia. Soy mujer, pero eso es sólo una casualidad.

martes, 4 de marzo de 2008

La infracción

La chica tenía una infracción,
había dejado estacionada su bici en aquella cerrada que nadie transita.

Así había sido siempre, pues a la vuelta de la esquina se encontraba su segundo hogar. Pero sucedió esta vez que las autoridades dedidieron poner un alto a la pequeña transgresora y pusieron largas cadenas alrededor de las llantas.
Caía la tarde y la chica debía regresar a su casa; al verse sin forma de pagar la multa, resignada pensó que habría de caminar mucho esa noche.

Este chico siempre está dispuesto a hacer aquello que los demás no se atreven, a superar sus límites, poner a prueba su capacidad y fuerza; mejor aún si está prohibido.
Sólo hacían falta unas pinzas adecuadas para recuperar el dominio de la preciada bici.

El chico siempre había soñado con romper alguna vez una cadena pesada.

La chica pudo huir antes de que las autoridades tomaran represalias.